Callado se ve en su andar, sociable, serio y con una trayectoria que se revela solo si escudriñamos en sus huellas, ese es Rolando Mariño, quien lo ve en el ajetreo en el IPU 28 de Enero no se imagina que este educador desafió a muerte en tierras africanas a causa de la Covid-19.

Un guajiro, como el mismo dice, nacido en el barrio de San Juan, el 30 de marzo de 1967, estudio en la escuela primaria Rufino Batista, luego en la ESBEC Juan Manuel Ameijeiras Delgado, donde comenzaría su pasión por las matemáticas, siendo monitor de la asignatura. En 1986 se graduó de Maestro Primario y para 1992 se gradúa de Licenciado en Educación, especialidad de Matemáticas, en el ISPH José de la luz y caballero de Holguín.

Su vida laboral ha estado matizada por diferentes actividades dentro de la docencia, su huella como profesor ha quedado en la ESBEC Juan Manuel Ameijeiras, ESBEC José Tey, IPUEC Mélton Almaguer Pérez y el IPU 28 de Enero, ha ocupado diferentes cargos de dirección, entre ellos figuran: Instructor en la Unión de Jóvenes Comunistas, Jefe de Departamento, Jefe de grado, Subdirector docente, Vice Director de Trabajo Educativo, Director de las Instituciones educativas Juan Manuel Ameijeiras, IPUEC José Tey, Metodólogo de Matemática-Física de la Dirección Municipal y Jefe de Departamento de Secundaria Básica y Preuniversitario.

Por esa rica trayectoria fue seleccionado para cumplir misión educativa en la hermana República de Guinea Ecuatorial en el año 2018, donde lo sorprendió la Covid-19, casi frustrando su anhelado regreso a la Patria con la Misión Cumplida, 17 días en coma y un proceso de recuperación no alejado de riesgos fueron sus últimos días en tierras africanas.

Pero él sigue ahí, gallardo, con el prestigio que le caracteriza, con el deseo de enseñar y la pasión por educar, ahora como profesor de Matemáticas de grado en el IPU 28 de Enero.

Autor: Armando Ramírez Pérez, comunicador Educación municipal.